Nuestra excursión por el Norte de Tenerife te ofrecerá una experiencia inolvidable, ¡en tan solo doce horas!
Durante el trayecto podrás disfrutar de los distintos paisajes que abarcan la isla, visitar los municipios más emblemáticos de la misma, degustar un riquísimo almuerzo y admirar la autenticidad del paisaje canario en todo momento. La ruta parte desde la viveza de la costa y concluye con la majestuosidad del Parque Nacional del Teide.
Nuestro punto de partida es el excepcional Puerto de la Cruz, cuya cercanía al mar y buen clima te proporcionará toda la energía que necesitas para emprender el día. Esta ciudad es considerada como la “joya del Atlántico” por su valor histórico, al haber sido pionera en el desarrollo del turismo y del comercio internacional desde el siglo XVI.
Salimos de buena mañana, pues nos queda todo un día de excursión por delante y se tiene que aprovechar al máximo. Nuestro primer destino requiere que nos dirijamos a las montañas. Subiendo por las cumbres del norte nos adentramos en el municipio de Los Realejos, cuya parte más elevada ofrece una de las mejores panorámicas del norte de la isla. Para nuestro deleite paramos en el mirador de El Lance. Te sentirás como Mencey Bentor, que desde una posición privilegiada contempla para siempre su reino. Gracias a su altura, el sitio es perfecto para los que se atreven con el parapente. Con seguridad, presenciaremos la emoción del salto inicial de estos valientes.
Después de esta pausa, proseguimos al municipio de Icod de los Vinos. El camino se hace muy agradable al circular por carreteras rurales poco concurridas, acogidas en la naturaleza autóctona y los pintorescos paisajes agrícolas.
Una vez adentrados en la localidad, desde cualquier punto y con solo alzar la mirada, disfrutará de una de las mejores vistas del Teide. El volcán se ve tan cerca desde aquí que da la ilusión de estar a punto de acabar la visita. Sin embargo quedan aún muchos pueblos por descubrir y kilómetros para llegar al Parque Nacional.
Por ahora nos detenemos en el pueblo para disfrutar de sus encantos, amenizados por la cata de malvasía, el vino más exclusivo de la isla. En esta degustación, además, probamos deliciosos quesos locales acompañados de la más artesanal miel. Imagínese esta experiencia en un marco rural incomparable, ¡es un auténtico regalo para los sentidos!.
Finalmente, no podemos continuar la excursión sin presentarnos ante el Drago, un impresionante árbol milenario. Su leyenda entre los lugareños lo hace cobrar vida como un símbolo protector del lugar, un mágico guerrero impasible que sangra savia roja.
Después de un merecido descanso,descendemos a la denominada isla baja para visitar Garachico. Esta pequeña localidad pesquera combina su encanto marinero de antaño con la innovación de los nuevos tiempos. Sus gentes han presenciado una de las erupciones más populares de las islas, ya que arrasó con el principal puerto de Tenerife, dejando una profunda huella en la sociedad canaria. Los vestigios de este fenómeno los observaremos en su totalidad acercándonos al mirador de el Emigrante.
A continuación, seguiremos la carretera general hacia Buenavista del Norte. Se trata de un tranquilo pueblo que recoge en su arquitectura elementos de sus primeros pobladores, en su mayoría de origen andaluz, manteniendo al mismo tiempo su identidad canaria. Con el objetivo de explorar el lado más natural de la zona ingresamos en el Parque Rural de Teno, allí descubrimos una rica y variada flora y fauna autóctona protegida. Mirando al Atlántico divisamos la isla de la Gomera. La fresca brisa marina te brindará un momento de desconexión que recordarás de vuelta a casa.
Avanzamos al caserío de Masca, una singular aldea en el macizo de Teno con impresionantes barrancos y acantilados que antiguamente sirvieron para ocultar a los piratas. Hoy en día es un lugar frecuentado por senderistas que no dudan en aventurarse hacia la costa por la ruta de los barrancos.
A estas alturas de recorrido el estómago empieza a rugir, así que ¡toca almorzar!. Atravesando Santiago del Teide nos dirigimos a Tamaimo, donde paramos para comer. Tras haber recargado las pilas, nos queda aún el plato fuerte: la visita al Parque Nacional del Teide. Para ello entramos por la población de Chío, que alberga una gran cantidad de frondosos bosques de Pino Canario, salpicado de vegetación endémica. Según nos vamos acercando al volcán percibimos como el entorno se vuelve cada vez más árido. Las caprichosas formas volcánicas nos ofrecen un paisaje casi extraterrestre y podría ser así, pues por la noche, gracias al limpio cielo del parque se puede disfrutar de un espectacular manto de estrellas y planetas.
La naturaleza desprende un aura mágica. Es inevitable fijarse hasta en los más ínfimos detalles, aquellos que conforman la pureza y genuina belleza del parque. Te enamorarás de todos y cada uno de sus rincones. Cerrando nuestro tour por la isla, El Teide te regalará la más romántica de las despedidas, una rosa de piedra que visitaremos en nuestro regreso al Puerto de la Cruz.
Un objeto brillante y final de nuestra excursión será un fenómeno natural: Margarita. Estos son bloques de piedras, similares a pétalos de flores, que emergen de los majestuosos acantilados después de una erupción volcánica.
12 objetos: 12 historias fascinantes, cada una de las cuales merece ser escuchada por usted durante el recorrido de 12 horas por la isla de Tenerife.
Las Islas Canarias lo están esperando, el clima solo es propicio para organizar excursiones a Tenerife. Haremos que sus vacaciones en España sean inolvidables.